Thursday, May 20, 2010

Nuestro hogar

Mama querida, hoy hemos aceptado vender su casa. Esa que le construyó su marido y de la cual dijo que no saldría sino con los pies para adelante, como efectivamente sucedió.

Y sabe qué en vez de estar contenta, porque tendré un dinero para mi vejez, estoy triste, muy triste. Es lo que me quedaba suyo, su casa y ahora ya no la tengo, el último eslabon se ha roto.

No es la casa en si por lo que lloro, es por usted, mi linda, porque todos los días la echo de menos. Creo que nunca imaginoamos, ni usted ni yo, lo mucho que añoro su presencia.

En fin, ojalá y todo salga bien. Gracias mama, por esa herencia cuantiosa, pero preferiría tenerla a mi lado.

un beso.